miércoles, 30 de enero de 2013

Cuentos para Anita y los chicos 003



Querida Anita:

Hoy hace un tremendo calor. Vos decís que te gusta el sol, y cuando vamos por la calle te ponés bajo sus rayos mientras a mí me dejás en la sombra. Te la pasás diciendo que tu estación preferida es el verano y me preguntás a mí cuál es la que yo prefiero, y yo te digo que mi estación preferida es Carlos Gardel del subte B –la estación amarilla-. -Pero no, estación del año…- decís. -Ah, la del año 1960.-, digo.

Y caminamos por la vereda y te digo que vos tenés que ir del lado de las casas, y yo del de la calle. Que es de caballeros ceder el lugar de adentro a las damas. Es una costumbre que viene de otras épocas en que se vaciaban las pelelas en la calle, y gritaban ”Agua va”. También pasaban los caballos y era más peligroso el lado de la calle, así que es una galantería seguir con esta costumbre. Vos me decís que no sos una dama. Y de vuelta a empezar.

Cómo van cambiando las cosas… La gente de mi generación escuchaba en silencio lo que decían sus padres y a veces nos dejaban opinar. En cambio ustedes, los chicos de ahora, no se callan nada y los padres casi siempre somos los que tenemos que adaptar a lo que ustedes quieren. Ustedes tienen una naturalidad que nosotros no teníamos, pero también una urgencia por todo que no es muy buena. Son rapidísimos para exigir, pero cuando les toca cumplir nunca tienen apuro. Y los papás siempre quieren dar todo lo que puedan, y los chicos siempre quieren más. Es muy difícil estar a la par de sus pedidos. Es bueno que tengan paciencia.

Hay que aprender que la mayoría de las cosas no se hace de un día para el otro, que todo necesita su maduración. Es como un cuento, que debe tener introducción, nudo y desenlace. Me acordé de una fábula: la del burro y la flauta. Como en casi todas las fábulas el protagonista iba paseando sin hacer nada en especial cuando le ocurren cosas. Un burro iba paseando por el prado y encontró en el pasto una flauta que seguramente había perdido el pastor. Se acercó a olerla y resopló y la flauta sonó. “Sé tocar la flauta… Sé tocar la flauta”, dijo el burro. Un búho lo estaba mirando y dijo: “Querido burro: ¿qué pensás que hiciste? Sólo tuviste la suerte de hacer un sonido. Hay que ser muy tonto para creer que sabés tocar la flauta.” 
Y el burro, a pesar de ser muy burro, le dio la razón al sabio búho.

Hay muchos cuentos famosos que se usan para enseñar a los chicos.Todos los cuentos de hadas y princesas tienen un final feliz, pero en la realidad es muy distinta. Es muy difícil ser princesa. Pensá que sólo hay una familia de reyes y sus hijos príncipes por país. Y ahora muy pocos países que siguen teniendo familias reales. En los cuentos de princesas ellas son maltratadas y al final pueden librarse de los malos gracias a la ayuda de un hada o un príncipe.

A mí siempre me pareció el mejor cuento de todos “La Bella y La Bestia”. La princesa Bella puede conocer cada vez con más cariño el interior de su Bestia y así puede ver que es una persona hermosa por dentro. Y así logra el milagro de que la Bestia se transforme por fuera tan lindo como lo es por dentro.
En cambio las otras princesas lo mejor que tienen es su suerte.
Blancanieves es salvada por el cazador, se envenena con la manzana de la bruja y es revivida por el beso del príncipe.
Cenicienta tiene la ayuda del Hada Madrina que le da todo el equipo para que vaya al baile y que el príncipe se enamore de ella.
La Bella Durmiente se pincha con un huso y cae bajo la maldición, y es rescatada por el príncipe que llega desde lejos.
También pasa muy parecido con todos los cuentos de Barbie, en donde ella siempre triunfa porque es más buena que todos los demás, aunque casi siempre todo lo que hace le llega de casualidad.
Pinocho tiene la suerte de tener un carpintero como padre adoptivo que lo construye y un hada le da vida, y al final lo convierte en un niño.
Hadas, hechizos y final feliz. Casi todos estos cuentos están hechos para mostrar que la bondad de los protagonistas sirve para que triunfen y coman perdices. Aunque en la vida de todos los días eso no pasa demasiado. Por eso decís que no te gusta el noticiero “No apto para niños, niñas ni adolescentes” porque las noticias son muy violentas.

Nosotros preferimos poner ejemplos con las fábulas y otro tipo de cuentos. Más inteligentes y con moralejas más reales, aunque lo protagonicen animalitos de Dios.

Que te haya gustado. Hasta la próxima.

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