miércoles, 30 de enero de 2013

Cuentos para Anita y los chicos 001



Querida Anita:

Voy a contarte cosas a mi manera, de la manera que sé que te van a gustar. No hay nada que me guste más que verte a vos contenta porque te hago divertir compartiendo cosas que te alegran.

Es muy hermoso mostrarte mundos de narraciones, vos mirándome con esa carita de querer entender todo. Y a veces tener que luchar con vos para convencerte de que lo que te cuento es verdad, o que vale la pena intentar conocerlo.

Cuando un vaso está lleno por la mitad se lo puede pensar de dos maneras: la alegre es pensar que todavía está medio lleno y la triste es pensar que solamente queda la mitad. Con vos quiero que elijamos ver el vaso lleno hasta la mitad. Y así hacer con todo lo que podamos.

Me encanta verte cuando dibujás, cuando cantás, cuando actuás, cuando te reís, cuando estás con tus amiguitas… Hasta cuando protestás, te encaprichás o hacés lío siempre tengo ganas de perdonarte, abrazarte y mimarte.

Es hermoso que me des tu manito a dos pasos de la puerta de casa para que salgamos a pasear juntos. Vamos por la calle mostrándonos cosas, yo torcido para tu lado para escucharte mejor, y vos levantando tu cara para hablarme más de cerca.

Es genial contarnos el mismo chiste doscientas mil ochocientas cuatro mil quinientas treinta y dos veces. O cincuenta. Sin cuenta.

Miramos el cartel vacío y decimos “¡Qué lindo cartel!”, o pasamos por negocios que siempre están vacíos y decimos “Cuánta gente que hay ahí”.

Y jugamos a los “Callate: vos me burlás: “Callate, mugre de pie de anciano”, y yo contesto: “Pero callate, moco de elefante resfriado”. Y seguís vos: “Pero callate, pedo de lombriz”.  Y yo: “Pero callate, eructo de hipopótamo”. Y vos: “Pero callate, jugo de cucaracha”. Podemos estar así varias cuadras.

Y si es de noche te muestro las Tres Marías y vos me decís que son el cinturón de Orión. Y me señalás Sirio y yo te digo que es la estrella más brillante de todas, salvo el sol. Y vos decís “Claro, porque el sol es una estrella. ¿Y cuántos años tiene el sol?” Yo te digo que cinco mil millones de años, pero nos miramos y no sabemos si es verdad. “Después nos fijamos en Google, ¿dale?.”

Caminamos por la vereda y vos sabés muy bien la diferencia entre lo bueno y lo malo: “Los dueños de los perros son unos maleducados que dejan la caca sin juntar…”

Espero que te pueda divertir con estas historias, que te las voy a contar de la manera que me hubiera gustado que me las eligieran para mí, si estuviera en tu lugar. Las vas a escuchar con mis experiencias, con mis sentimientos. Y vos me vas a ir enseñando qué cosas te gusta que te cuente.

Te voy a poder mostrar que los relatos se pueden hacer nuevos depende cómo los contemos. Es como cantar, cada uno puede cantar una canción a su manera, y a algunos le va a gustar más o menos que las de otros. Cómo se hace para hacer divertido algo más o menos, y divertirnos cuando alguien no hace bien algo bueno, y por eso hace reír. Como cuando miramos bloopers y nos matamos de risa.

Y otras veces te voy a contar cuentos de esos que hacen un nudo en la garganta, sin final feliz. Para que podamos compartir algunas tristezas. A veces las cosas no salen como queremos, y no se puede estar protestando o llorando todo el tiempo. Hay un momento en que se tiene que acabar la lástima y seguir haciendo las cosas hermosas de la vida.

Vamos a crear en lo lindo, con cosas nuevas, o copiando lo mejor. Lo viejo para mí puede ser nuevo para vos, y vos podés enseñarme cosas que yo no sé.

Los hijos aprenden con sus papás, y los papás pueden aprender con sus hijos. Justo en el momento que nace el hijo es cuando también nace el papá. Los dos empiezan a estar juntos en el mismo segundo.

Quiero hacer que aprendas que en la vida las cosas no son blanco y negro sino que vienen en todos los colores. Y que es muy bueno poder elegir entre varias cosas.

Y también te voy a mostrar que hay algunas veces en que no se puede elegir las dos cosas: hay que elegir la menos mala. Como el cuento de la frazada corta. El dueño tenía que elegir entre taparse los pies o la cara, y tenía que pensar muy bien que le convenía hacer.

Ojalá que te vaya gustando este trabajito que vamos a hacer juntos: yo escribiendo y vos escuchando o leyendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario