miércoles, 30 de enero de 2013

Cuentos para Anita y los chicos 002



Querida Anita:

El otro día te conté en el colectivo dos historias que ahora te las escribo.
Estaban el viento y el sol y vieron a un señor con sobretodo que iba caminando por la calle. El viento le dijo al sol: “Fijate cómo le saco el sobretodo soplándolo”. Y el viento sopló, sopló, sopló con mucha fuerza, pero sólo logró que el señor se abrazara a sí mismo con todas sus fuerzas e impidió que le sacara el sobretodo.
Entonces el sol le dijo al viento: “Ahora vas a ver cómo se lo saco yo.” Y el sol envió sus rayos de calor y el señor se sacó el sobretodo. Había ganado el sol.
Este cuento nos enseña que hay ocasiones en que es preferible ser suave para conseguir algo, que tratar de hacerlo por la fuerza.
La segunda historia la protagonizaba un burro. Hace muchos años, las mercaderías se llevaban por agua con barcos de un puerto a otro, y existía el peligro de los piratas, que eran los ladrones del mar. Por tierra, cuando no había trenes ni camiones ni aviones como ahora, las mercaderías se llevaban de una ciudad a otra en caravanas, que eran grupos de carretas llenas de cualquier cosa que quisieran vender tiradas por caballos, mulas, burros y en algunos lugares camellos y elefantes. También cargaban a los animales con sacos. El burro de nuestra historia estaba en una caravana y llevaba dos sacos muy pesados de sal. En un momento pasaron por un puente sobre un río. El burro se tropezó y cayó al agua y pensó que se iba a ahogar con el peso que llevaba. Pero la sal se disolvió en el agua y el burro pudo salir del agua y volver a la caravana. El resto del viaje lo hizo sin llevar nada de carga.       
Cuando iba de viaje de vuelta lo cargaron con dos bolsas llenas de esponjas que eran bastante pesadas. El burro pensó que iba a ser buena idea librarse de la carga como en la ida, así que cuando llegó al puente se tiró al agua, esta vez a propósito. Pero ahora las esponjas chuparon agua y se volvieron más pesadas, y el burro se ahogó.
Este cuento nos deja como enseñanza que hay que pensar muy bien las cosas: una situación puede parecer casi igual, muy parecida a otra, siempre hay que tener mucho cuidado en arriesgarse a hacer algo de lo que no se está muy seguro de lo que pueda pasar.  
La tercera historia –y esta la pensamos juntos- fue la de “La cabra y las uvas”. Casi siempre la cuentan como la de “La zorra y las uvas”, pero nos pareció mejor cambiar a cabra porque una zorra come carne, y además es mucho más inteligente que una cabra que come plantas y es más tonta. El cuento quedó así: resulta que una cabra estaba caminando y al pasar debajo de una vid vio un racimo de uvas apetitoso como para comerlo en ese momento. El racimo estaba muy alto. La cabra saltó una, dos, tres, diez veces, hasta que se cansó y no pudo alcanzarlo. Entonces dijo: -No importa, no estaban maduras…
La historia nos muestra que cuando alguien fracasa es muy posible que disimule su enojo mintiendo y negando lo que quería hacer, aunque cualquiera que lo estuviera mirando sabría la verdad.
De todos modos, esta historia me hace acordar algo que me enseñó tu abuelo: “El NO lo tenés de entrada.” Esto quiere decir que si no intentás algo es imposible que se haga realidad. Si querés algo hay que tratar de conseguirlo, aunque sea muy difícil. Muchas veces es preferible probar de hacer algo que quedarse quieto y no hacer nada. Cuando uno trata, si no lo logra igual uno se queda tranquilo con su conciencia de haber tratado de hacerlo. Es muy DIFÍCIL ganar el Quini6 o el Loto, pero si no se juega es IMPOSIBLE ganar. 
Hay una frase muy inteligente que dice: “Fracasar no es morir, es volver a empezar”. Se aprende más cuando uno se equivoca y tiene que aprender a hacer las cosas bien. Es muy bueno poder corregir lo que salió mal. Y es más lindo cuando se hace algo con esfuerzo, algo que cuesta, cuando se puede aprender a hacerlo bien, porque te mostrás que podés cuando ponés tus ganas. Me acuerdo que te costó mucho lograr hacer ruido con los dedos o hacer globos con el chicle. Y ahora estás muy contenta de haberlo conseguido.
Tal vez nuestra vida sea un fracaso porque va a terminar con la muerte… Pero tenemos muchas cosas para hacer mientras estemos vivos: por ejemplo, alegrar la vida de los demás.
Ojalá que te hayan gustado estas historias de hoy.

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