Querida Anita:
Hoy hace un tremendo calor. Vos decís que
te gusta el sol, y cuando vamos por la calle te ponés bajo sus rayos mientras a
mí me dejás en la sombra. Te la pasás diciendo que tu estación preferida es el
verano y me preguntás a mí cuál es la que yo prefiero, y yo te digo que mi
estación preferida es Carlos Gardel del subte B –la estación amarilla-. -Pero
no, estación del año…- decís. -Ah, la del año 1960.-, digo.
Y caminamos por la vereda y te digo que vos
tenés que ir del lado de las casas, y yo del de la calle. Que es de caballeros
ceder el lugar de adentro a las damas. Es una costumbre que viene de otras
épocas en que se vaciaban las pelelas en la calle, y gritaban ”Agua va”.
También pasaban los caballos y era más peligroso el lado de la calle, así que es
una galantería seguir con esta costumbre. Vos me decís que no sos una dama. Y
de vuelta a empezar.
Cómo van cambiando las cosas… La gente de
mi generación escuchaba en silencio lo que decían sus padres y a veces nos
dejaban opinar. En cambio ustedes, los chicos de ahora, no se callan nada y los
padres casi siempre somos los que tenemos que adaptar a lo que ustedes quieren.
Ustedes tienen una naturalidad que nosotros no teníamos, pero también una
urgencia por todo que no es muy buena. Son rapidísimos para exigir, pero cuando
les toca cumplir nunca tienen apuro. Y los papás siempre quieren dar todo lo
que puedan, y los chicos siempre quieren más. Es muy difícil estar a la par de
sus pedidos. Es bueno que tengan paciencia.
Hay que aprender que la mayoría de las
cosas no se hace de un día para el otro, que todo necesita su maduración. Es
como un cuento, que debe tener introducción, nudo y desenlace. Me acordé de una
fábula: la del burro y la flauta. Como en casi todas las fábulas el
protagonista iba paseando sin hacer nada en especial cuando le ocurren cosas.
Un burro iba paseando por el prado y encontró en el pasto una flauta que
seguramente había perdido el pastor. Se acercó a olerla y resopló y la flauta
sonó. “Sé tocar la flauta… Sé tocar la flauta”, dijo el burro. Un búho lo
estaba mirando y dijo: “Querido burro: ¿qué pensás que hiciste? Sólo tuviste la
suerte de hacer un sonido. Hay que ser muy tonto para creer que sabés tocar la
flauta.”
Y el burro, a pesar de ser muy burro, le
dio la razón al sabio búho.
Hay muchos cuentos famosos que se usan para
enseñar a los chicos.Todos los cuentos de hadas y princesas tienen un final
feliz, pero en la realidad es muy distinta. Es muy difícil ser princesa. Pensá
que sólo hay una familia de reyes y sus hijos príncipes por país. Y ahora muy
pocos países que siguen teniendo familias reales. En los cuentos de princesas
ellas son maltratadas y al final pueden librarse de los malos gracias a la
ayuda de un hada o un príncipe.
A mí siempre me pareció el mejor cuento de todos
“La Bella y La Bestia”. La princesa Bella puede conocer cada vez con más cariño
el interior de su Bestia y así puede ver que es una persona hermosa por dentro.
Y así logra el milagro de que la Bestia se transforme por fuera tan lindo como
lo es por dentro.
En cambio las otras princesas lo mejor que
tienen es su suerte.
Blancanieves es salvada por el cazador, se
envenena con la manzana de la bruja y es revivida por el beso del príncipe.
Cenicienta tiene la ayuda del Hada Madrina
que le da todo el equipo para que vaya al baile y que el príncipe se enamore de
ella.
La Bella Durmiente se pincha con un huso y
cae bajo la maldición, y es rescatada por el príncipe que llega desde lejos.
También pasa muy parecido con todos los
cuentos de Barbie, en donde ella siempre triunfa porque es más buena que todos
los demás, aunque casi siempre todo lo que hace le llega de casualidad.
Pinocho tiene la suerte de tener un
carpintero como padre adoptivo que lo construye y un hada le da vida, y al
final lo convierte en un niño.
Hadas, hechizos y final feliz. Casi todos
estos cuentos están hechos para mostrar que la bondad de los protagonistas
sirve para que triunfen y coman perdices. Aunque en la vida de todos los días
eso no pasa demasiado. Por eso decís que no te gusta el noticiero “No apto para
niños, niñas ni adolescentes” porque las noticias son muy violentas.
Nosotros preferimos poner ejemplos con las
fábulas y otro tipo de cuentos. Más inteligentes y con moralejas más reales,
aunque lo protagonicen animalitos de Dios.
Que te haya gustado. Hasta la próxima.